La primera vez que vi pleitaguensam fue en tve 2, la de planeta imaginari, pero en otro horario. lo recuerdo como un programa curioso. Aquí escribiré curiosidades...
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dimarts, 12 de juliol del 2011
dijous, 8 de juliol del 2010
dijous, 17 de setembre del 2009
¿Asfixiados por la red social?
Lo más in en Nueva York es ir a fiestas o locales en las que nadie pueda hacer fotos, ni comentar, ni alardear luego en una red social. Implica recuperar la intimidad, el placer de saber que no aparecerá una imagen o un comentario sobre ti en internet. Si bien los beneficios de las redes sociales son muchos y obvios, la publicación compulsiva, la falta de pudor, el exceso de confianza y el reducido control sobre los propios datos llevan a muchos usuarios a optar por una vida más que discreta en la red.
sigue en la fuente (www.lavanguardia.es)
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dimarts, 9 de desembre del 2008
Todo se contagia menos la hermosura
Hoy (9/12/2008) Quim Monzó empieza su columna de La Vanguardia así:
Desde niño me fascina esa explicación que a veces ponen al pie de un artículo, acompañando el nombre de quien lo firma: "escritor y periodista". [···] Es una fórmula tan ridícula como si escribiesen: "Rafael Nadal, deportista y tenista". Yo siempre atribuía esa ridiculez machaconamente repetida a la poca consideración en la que a menudo se tiene a los periodistas. Lo veía como un mecanismo inconsciente para dignificar a esa persona en cuestión, como diciendo: es periodista, pobrecito, pero es de los buenos, sabe escribir. Es esa una poca consideración generalizada, de la que los principales culpables son los mismos periodistas. Unos por su dejadez, porque tanto les da un punto como un punto y coma, un adjetivo como otro. Otros porque son ellos los primeros en menospreciarse.
y termina diciendo que como es posible que haya placas conmemorativas de "Escritor y novelista", o incluso de "Escritor y poeta".
Idolatrado Quim: Tu columna me ha hecho reflexionar y yo me pregunto: ¿No será que estas placas las hayan escrito periodistas? Por un lado hoy día el hecho de ser periodista no implica saber escribir, sino que sin saber a ciencia cierta de (casi) nada, son capaces de escribir (hablar) de (casi) todo, y dar su opinión, y además han conseguido que esta opinión (independientemente del color rosado, amarillento, ...) sea más considerada que la de los expertos. Por ello creo que quizás no esté de más esta redundancia, siempre y cuando no se utilice por sistema, independientemente de la capacidad del periodista para escribir...
Desde niño me fascina esa explicación que a veces ponen al pie de un artículo, acompañando el nombre de quien lo firma: "escritor y periodista". [···] Es una fórmula tan ridícula como si escribiesen: "Rafael Nadal, deportista y tenista". Yo siempre atribuía esa ridiculez machaconamente repetida a la poca consideración en la que a menudo se tiene a los periodistas. Lo veía como un mecanismo inconsciente para dignificar a esa persona en cuestión, como diciendo: es periodista, pobrecito, pero es de los buenos, sabe escribir. Es esa una poca consideración generalizada, de la que los principales culpables son los mismos periodistas. Unos por su dejadez, porque tanto les da un punto como un punto y coma, un adjetivo como otro. Otros porque son ellos los primeros en menospreciarse.
y termina diciendo que como es posible que haya placas conmemorativas de "Escritor y novelista", o incluso de "Escritor y poeta".
Idolatrado Quim: Tu columna me ha hecho reflexionar y yo me pregunto: ¿No será que estas placas las hayan escrito periodistas? Por un lado hoy día el hecho de ser periodista no implica saber escribir, sino que sin saber a ciencia cierta de (casi) nada, son capaces de escribir (hablar) de (casi) todo, y dar su opinión, y además han conseguido que esta opinión (independientemente del color rosado, amarillento, ...) sea más considerada que la de los expertos. Por ello creo que quizás no esté de más esta redundancia, siempre y cuando no se utilice por sistema, independientemente de la capacidad del periodista para escribir...
dimarts, 19 d’agost del 2008
el cisne negro
De Mediocristán a Extremistán
Nassim Taleb: "No calcule probabilidades, prevenga consecuencias"
LLUÍS AMIGUET -
...Nadie sabe cuándo llega una crisis económica ni cuándo se va a acabar, pero miles de autocalificados expertos aseguran saberlo.
Y suelen llevar corbata...
¡No se fíe de ellos! Hay expertos que sí aciertan. El panadero, el zapatero, incluso un buen peluquero, saben de su trabajo, pero un economista o un político, aunque rara vez admite que no sabe qué pasará, sólo acierta una predicción por una casualidad - que él confundirá con su sabiduría-. Esa ignorancia de su ignorancia los convierte en seres peligrosos en la medida en que les hagamos caso.
¿Por qué?
Porque la economía o la sociedad son dominios tan complejos que desafían los límites de nuestro entendimiento. Nuestras mentes son fruto de la bioevolución: están hechas para huir de los leones, no para desentrañar relaciones inextricables de causa-efecto. Un experto distingue razón de instinto. Los expertos son como usted y como yo: ven un tiburón en la tele y no se bañan cuando hay menos probabilidades de ser mordido por un tiburón que envenenado por la suegra, pero la imagen del tiburón es mucho más poderosa que la estadística - que yo sí he consultado- de envenenamientos perpetrados por las suegras. Somos así. Bin Laden, por ejemplo, mató a más gente después del 11-S que el propio 11-S.
¿...?
Por miedo a Bin Laden, murió mucha más gente por coger el coche - mucho más peligroso que el avión- en vez del vuelo que tenían previsto y así murieron en la carretera. Compruebe las estadísticas y verá. La razón pura no existe. Damasio ha demostrado con autoridad que la inteligencia también es emoción. Esa emoción interfiere en nuestro juicio y hace muy difícil la predicción económica.
¿Puede especificar?
Ni siquiera aprendemos del pasado: fíjese en las crisis. Creemos que la próxima crisis será como la última y ya no recordamos las anteriores. Así que aprendimos de la crisis del 92, pero ya hemos olvidado la del 87, que sí nos diría algo sobre la actual. Desde el FMI hasta el Ayuntamiento de Algete hacen previsiones económicas. Y las revisan cada dos por tres, porque se equivocan. Hemos cogido a niños de un parvulario y les hemos hecho poner una cruz entre tres predicciones de crecimiento del PIB... ¡Y aciertan más que el FMI!
Ahí le creo.
La creciente complejidad de nuestro sistema económico dificulta cada vez más las previsiones y convierte nuestro mundo en un Extremistán,donde nada sigue una lógica lineal sino que todo son sorpresas. Por ejemplo. Las predicciones lineales fracasan igual que las proyecciones de una carrera profesional. Cada vez menos jugadores de fútbol ganan más: hay menos triunfadores, pero lo son en grado superlativo. Hemos pasado de un Mediocristán,donde todo es previsible, a un Extremistán,donde todo son sorpresas. Es el efecto superstar,un mundo donde el ganador se lo lleva todo y punto.
¿Puede dar más ejemplos?
Hasta Von Karajan, un músico correcto se podía ganar la vida como músico local en una ciudad media de un país medio. Von Karajan fue el primer megamúsico porque todos los aparatos de reproducción volvían ociosos a los demás mediocres. Y el músico de provincias... ¡Al paro! ¿Para qué mantener a un mediocre si puedes comprarte un disco de Karajan?
¿Con las artes plásticas pasa igual?
Los instrumentos de reproducción masiva crearon una elite de genios y acabaron con las honradas medianías y ese proceso se repite en literatura, deporte y el arte: el efecto superestar se acelera. Quien tiene la idea se lleva los derechos de reproducción.
¿Y cómo se llega a ser Karajan?
Desde luego, no se llega sin trabajar, pero tampoco basta con trabajar y tener talento, porque ahora estamos en Extremistán.Necesitas ser muy bueno y lo que yo llamo un cisne negro,un suceso inesperado que te convierta en único. Esa lógica sin lógica se repite también en las ciencias sociales.
¿Y en la bolsa?
Lo más arriesgado es tratar de predecir sin asumir riesgo. En vez de intentar confeccionar una cartera de valores con riesgo mediano - eso funcionaba en Mediocristán-hay que juntar los dos extremos. Ponga el 80 por ciento en lo más seguro que encuentre: letras del Tesoro, por ejemplo, y con el otro 20 tome posiciones arriesgadas y así conseguirá la media segura.
¿Y si insisto en ser Von Karajan?
Trabaje como un poseso, sea muy bueno, y extienda su red esperando que aparezca ese cisne negro y le toque a usted. Y si busca agua y encuentra oro: no se queje. A lo mejor trataba de ser Von Karajan y acabó siendo un gran empresario musical. ¡Disfrútelo!
Y si no logro ni eso...
Sea estoico. Sepa perder y, aunque no llegue a ser Von Karajan, concéntrese en su actitud, afile sus habilidades. No puede controlar la aparición de ese cisne negro en su vida, pero puede estar preparado por si se presenta... ¡Ah! ¡Y vaya a fiestas! Por si acaso.
¿...?
Deje siempre abierta una puerta a lo inesperado y a lo mejor por ahí se cuela su cisne....
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