Hace cuatro años, tras una experiencia para mí tan íntima como fue hacer MAR ADENTRO, no habría imaginado que mi siguiente película sería de romanos y cristianos en el Antiguo Egipto. Pero eso es lo bonito de esta profesión: la posibilidad de dejarte llevar por la curiosidad, investigar y encontrar mundos tan fascinantes como la Alejandría del siglo IV; imaginar cómo serían sus calles, sus templos, su gente… Y encontrar la pasión, y el dinero, para devolverlo todo a la vida.
El conjunto de este auténtico viaje desde que Mateo Gil, Fernando Bovaira y yo empezamos a soñar con el proyecto, hasta la fase de posproducción en la que nos encontramos en estos momentos, ha sido apasionante. Y mi sueño ahora es que lo sea también para los espectadores. AGORA es, en muchos sentidos, una historia del pasado sobre lo que está pasando ahora, un espejo para que el público mire y observe desde la distancia del tiempo y del espacio, y descubra, sorprendentemente, que el mundo no ha cambiado tanto.
El conjunto de este auténtico viaje desde que Mateo Gil, Fernando Bovaira y yo empezamos a soñar con el proyecto, hasta la fase de posproducción en la que nos encontramos en estos momentos, ha sido apasionante. Y mi sueño ahora es que lo sea también para los espectadores. AGORA es, en muchos sentidos, una historia del pasado sobre lo que está pasando ahora, un espejo para que el público mire y observe desde la distancia del tiempo y del espacio, y descubra, sorprendentemente, que el mundo no ha cambiado tanto.
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