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La primera vez que vi pleitaguensam fue en tve 2, la de planeta imaginari, pero en otro horario. lo recuerdo como un programa curioso. Aquí escribiré curiosidades...
John Huston decide rodar La noche de la iguana en la playa de Mismaloya, en Puerto Vallarta (México), y allí llega con su troupe: Richard Burton, que se pasa el día haciendo gasto en la barra del bar; Elizabeth Taylor recién separada de Eddie Fisher; Ava Gardner, Deborah Kerr, el Indio Fernández... Policías corruptos, como el sargento Quintero; el abogado de los bajo fondos Bernabé Jurado, más conocido como abogánster; y un personaje entrañable, Billie Joe, que aparece y desaparece. "Casi todos los personajes son reales", dice el director.
Los actores se odian. Huston les regala pistolas de oro con balas de plata por si quieren matar entre sí, y alguna de esas balas se escapará. A Hollywood no le gusta tener tratos con la policía y mucho menos con la mexicana. Por eso el productor contrata a Sunny Pascual, que se autodefine así: "Sólo soy un sabueso beatnik de nombre Sunny Pascual. Mitad en todo: mitad mexicano, mitad gringo; mitad alcohólico, mitad surfer;? mitad vivo, mitad muerto".
Sunny es amoral y sarcástico y Haghenbeck explica que estas características proceden del cómic, al que ha dedicado buena parte de su vida. El lenguaje, ágil, con la mezcla de idiomas, es uno de los aciertos de la novela. "El personaje", dice, "tiene poco que ver con él, al menos tal como es en la actualidad, ahora que es padre y se ha vuelto un hombre serio". El escritor cuenta que su padre "fue librero" y, como "rebeldía", se negó a leer libros. Hasta los 25 años. Entonces leyó todo Raymond Chandler y se empapó del detective Belascoarán, de Paco Ignacio Taibo II. De esos modelos tan distintos surge Sunny Pascal.
Lo que se ve en la novela es mucha acción, alcohol y drogas. Lo que aparece por detrás es bastante corrupción. Al productor del filme le apoyan "ciertos grupos". La mafia ya no es como la que aparece en las películas, ahora son altos ejecutivos de Hollywood. Además, hay una especulación inmobiliaria para convertir la playa de Mismaloya en un enclave de lujo.
La estructura es original y atractiva. Abre cada capítulo la receta de un cóctel, su historia e incluso la música que mejor combina con la bebida. Por ejemplo, lo que más le va al Martini seco es Witchcraft de Frank Sinatra; al Cuba Libre, Compay Segundo; al Gimlet, Call me irresponsible de Wayne Newton... "Me fascina la música de los sesenta, se podía beber con ella, hablar con ella. Ahora ya no". "¿Cómo organicé la novela? Primero elegí la música, la escuchaba continuamente mientras escribía. Luego, la historia y por último los tragos".
De la lectura de Trago amargo se desprende cierta tirria hacia Hollywood. Haghenbeck cuenta cómo en cierta ocasión quisieron comprarle los derechos de un cómic, pero empezaron a cambiar y añadir tantas cosas que no quedó nada del original. "Destrozaron mi historia. Tienen mucho dinero pero a pesar de ello el 99% de las películas que hacen son malas, aunque el 1% es excelente".L’UDOL (Mallorca, 1985 - Vallclara, 1989)
Quan obre la porta la iaia Baldric
i tot el poble està dormit
menys al forn on pasten pa
i una xuta al campanar
amb l’udol,
l’udol, l’udol, l’udol
Busques un signe o un senyal en el cel
que et digui on estàn els estels amics tots morts
Busques pressagis, oracles divins.
És temps dels assassins
Un altre dia sense dormir
i cada estel un assassí
També pots prendre-t’ho així
quan rosegues el coixí
amb l’udol,
l’udol, l’udol, l’udol
La corrosiva fuerza imaginativa a la que nos tiene acostumbrados el director de 'El día de la bestia' y 'La comunidad' encuentra terreno fértil en los delirios aberrantes de este poeta desquiciado, devorado por la rabia y la nostalgia.
Alex de la Iglesia hace gala de un humor negrísimo y fuertes dosis de envenenada mala fe en este desternillante descenso a los infiernos, donde conviven tranquilamente la cultura popular y la alta filosofía.
Outlaw Pete in Asbury Park |
My Lucky Day in Asbury Park |
Image courtesy Guinness
Dilettante bartenders beware -- Guinness brewmaster Fergal Murray's life mission is to eradicate your sloppy Guinness-pouring habits. "It is a ritual," he says. "It's theater. It's about creating an experience." And he demands that the ritual be executed with the kind of respect usually accorded for religious ceremonies. "A bartender who's being irreverent -- smoking a cigarette, multitasking -- No! Be reverent to the pint."
"These six steps are what we call the Guinness experience. It's much more than just pouring liquid into a glass and handing it across the bar."
Step One: The Glass
"The bartender takes a dry, clean glass, which should be a 20-ounce tulip pint glass," Murray says. "The internal aerodynamics of a tulip glass allows the nitrogen bubbles to flow down the sides of the glass, and the contour 'bump' in the middle pushes the bubbles back to the center on their way up."
Step Two: The Angle
"The glass should be held at a 45-degree angle under the tap. The tap faucet should not touch the tulip glass or beer. If you just hold it straight under the faucet, you'll get a big block of bubbles and a fish eye."
Step Three: The Pour
"Let the beer flow nice and smoothly into the angled glass and fill it up three-quarters of the way."
Step Four: The Head
"Let it settle. On the way through the faucet, the beer passes through a five-hole disk restrictor plate at a high speed, creating friction and bringing out nitrogen bubbles. The bubbles are agitated now -- they can't go back into the solution, so they flow down the interior sides and back up the middle -- but they can't escape. So they build this wonderful, creamy head on top. It's like an architect building a strong foundation."
Step Five: The Top-Off
"Once it settles, you want to fill up the glass and top it off. You allowed it to settle, you created a domed effect across the top of the pint, and now your head is looking proud over the glass. That's the perfect vision of the perfect pint."
Step Six: The First Sip
"You drink with your eyes first. The cosmetic look of the pint is critical to the Guinness experience. We don't want anybody just putting liquid in a glass. And finally, drink responsibly."
Oh, and Murray also wants to spread the word that the whole "meal in a glass" thing is a misconception. "There are less calories and alcohol in a pint of Guinness than most other domestic beers. It pairs really well with seafood. Shrimp and oysters are my personal favorite."
Fuente: http://www.esquire.com